El viaje parecía eterno.El Payador Eléctrico animaba a su ejército a seguir mientras agitaba su bastón con una gracia extraída de otro mundo.
El Sodero Homérico, Rolf Tangvald, Jebús Rastaman y yo nos habíamos quedado un poco más atrás para poder admirar el paisaje.
-Se han detenido- dijo Tangvald-. El Payador Eléctrico viene hacia aquí.
Lo vi acercarse con pasos largos y exagerados dejando que el bastón bailase en su mano. Los años que cargaba no parecían haber hecho estragos en su cuerpo sino todo lo contrario, lo habían liberado del peso de la edad para dejarlo flotar en la brisa de la experiencia.
-Amigos míos, hemos llegado al punto clave de este viaje...detrás de aquellas dunas se encuentra Jupiterium el Planetoide Estereotipado junto a su ejército de Neo- Romanos.
-Que haremos?- pregunté yo sintiendo la adrenalina más pura correr por mi sangre.
-Enfrentarlos- contestó el Sodero Homérico.
Quedamos todos en silencio, podían oírse los gritos de nuestro enemigo del otro lado de las dunas.
-Eso es lo que haremos, pero no aún...será mejor agarrarlos desprevenidos-acotó Jebús Rastaman.
Escondidos en las dunas, descansamos unas horas mientras sufríamos los temibles rayos del sol desértico que por momentos hacían delirar a los más fuertes.
Cada tanto uno de nosotros se asomaba para ver que ocurría del otro lado y enseguida volvía a esconderse.
-Señores...- El Payador Eléctrico había vuelto a pararse-. Más distraídos que ahora no creo que los encontremos...a llegado la hora de largarse a la lucha!.
(Gritos de guerra)
Todos comienzan a levantarse...
Nota: La foto la tomé cuando me asomé por la dunas. En ella se ve a Jupiterium y su ejército de Neo- Romanos.
